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“Bramante comprendió que la arquitectura antigua no era un conjunto de formas, sino un sistema compositivo. En sus obras no copia modelos, sino que traduce principios: proporción, claridad estructural, unidad espacial.”

   Rudolf Wittkower, Bramante y Palladio, cap. I

La imagen creada funciona como un montaje visual que pone en diálogo diversas obras representativas del Renacimiento italiano, con foco en la figura de Donato Bramante. Bajo el marco de un pórtico que actúa como umbral, se despliega una composición que articula tres momentos clave de su pensamiento arquitectónico.

A la izquierda se observa el Tempietto de San Pietro in Montorio, obra paradigmática de planta centralizada y fuerte impronta clásica. Al centro se abre la perspectiva interior de la iglesia de Santa Maria presso San Satiro, donde se explora la espacialidad ilusionista y el tratamiento escenográfico. En el suelo aparece superpuesta una planta arquitectónica, reforzando la idea de diseño geométrico y control compositivo. Finalmente, a la derecha, un alzado arquitectónico clasicista el Palacio Caprini introduce el lenguaje romano en su versión más tectónica.

La imagen se entiende entonces como una síntesis visual de los principios compositivos de Bramante, organizados en torno a tres capas analíticas que desarrollamos a continuación.

el sistema compositivo

Primera capa: la planta centralizada

Uno de los ejes fundamentales en la obra de Bramante es la planta centralizada, que encuentra su máxima expresión en el Tempietto de San Pietro in Montorio (1499-1502). Esta estructura, que aparece en la imagen a la izquierda, retoma el modelo del tholos clásico, integrando una geometría pura (el círculo) con una carga simbólica cristiana (el martirio de San Pedro).

La elección de una planta central es mucho más que una forma; representa una visión ideal del universo, donde el espacio se organiza simétricamente en torno a un punto central. Bramante retoma este principio no solo desde la tradición romana (el Panteón) sino también como un eco de los ideales humanistas del Quattrocento, que buscaban armonía, proporción y racionalidad. Esta idea también se proyecta en su proyecto para San Pedro del Vaticano, en el que proponía una basílica completamente centralizada, con brazos iguales formando una cruz griega.

organizacion de planta central

Relaciones bidireccionales entre

centro y periferia con igual grado

de importancia

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tipo de enfoque

axial

2.jpg

tipo de enfoque

radial

 elementos perfectos

“La planta centralizada, basada en figuras geométricas perfectas como el círculo y el cuadrado, se convierte en símbolo de la armonía universal y refleja la concepción humanista del hombre como medida de todas las cosas.”

    Leonardo Benevolo, Introducción a la arquitectura, p. 123

Bramante no copia la Antigüedad; la reinterpreta con un lenguaje propio. En la imagen se visualiza esta operación a través del uso de órdenes clásicos, bóvedas de cañón, arcadas rítmicas y frontones, presentes tanto en la iglesia como en los alzados arquitectónicos del fondo.

Sus obras están marcadas por un estudio riguroso de Vitruvio y de las ruinas romanas. La fachada del Palacio Caprini (incluida a la derecha de la imagen en forma de dibujo) se considera precursora del palazzo renacentista clásico: combina un orden toscano rústico en la planta baja con un orden jónico más refinado en la superior, siguiendo el principio romano del gradus dignitatis.

Esta lógica compositiva, basada en el uso jerárquico y expresivo de los elementos clásicos, estructura la fachada como una unidad coherente, donde cada parte responde a un todo. 

Segunda capa: el uso de elementos griegos y romanos

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columna +arco = Roma

columna + entablamiento = Grecia

“Los arquitectos del Renacimiento no se limitaron a copiar los elementos clásicos, sino que los estudiaron y adaptaron a nuevas necesidades, creando un lenguaje arquitectónico que, aunque basado en la antigüedad, era profundamente original.”

    Leonardo Benevolo, Introducción a la arquitectura, p. 145

El tercer componente clave en la composición de Bramante es la cúpula. Inspirado por modelos como el Panteón, Bramante retoma la idea de la cúpula como elemento unificador del espacio. En el Tempietto, la cúpula corona la planta central y refuerza su simbolismo cósmico. Pero también aparece como proyección en altura de una geometría perfecta, expresión del mundo ideal platónico que tanto inspiró al pensamiento renacentista.

En su proyecto para San Pedro, la cúpula ocupa el centro del espacio, articulando los brazos iguales de la cruz griega, y se convierte en el punto focal de toda la composición. En la imagen, se sugiere esta idea a través del uso de bóvedas pintadas que guían la mirada hacia el altar, y también con la cúpula del Tempietto, que sobresale a la izquierda como emblema visual del pensamiento bramantesco.

Tercera capa: el uso de la cúpula

“La cúpula en Bramante no es solo un elemento estructural o decorativo, sino el centro simbólico de la composición arquitectónica. En el Tempietto, la cúpula corona un espacio perfectamente centralizado, revelando una voluntad de totalidad y perfección clásica.”
    Luciano Patetta, Bramante, Electa, 2000, p. 84

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corona la planta central

proyección en altura de una geometría perfecta

La composición arquitectónica de Bramante puede entenderse como una búsqueda de orden, claridad y perfección. Su arquitectura no es meramente imitativa del mundo clásico, sino una reelaboración creativa de sus principios. A través de la planta centralizada, del uso consciente del lenguaje clásico y de la cúpula como símbolo y estructura, Bramante construye una arquitectura intelectual, que busca captar no solo la belleza formal, sino también la idea de un mundo armónico.

En la imagen compuesta, estas capas dialogan entre sí: lo central, lo clásico y lo simbólico conviven en un mismo plano visual. De esta manera, se puede entender que la composición bramantesca no es solo técnica, sino profundamente conceptual: una arquitectura que piensa el espacio como una idea antes que como materia.

conclusión: la composición de Bramante

“La arquitectura del Renacimiento se caracteriza por la búsqueda de un orden racional y armónico, donde cada elemento tiene su lugar y función dentro de un conjunto coherente.”

    Leonardo Benevolo, Introducción a la arquitectura, p. 89

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