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La ciudad

El paso de la ciudad colonial a la ciudad barroca

CRECIMIENTO URBANO

La fundación de San Cristóbal de La Habana en 1519 fue el resultado de múltiples desplazamientos en el interior de una bahía consolidándose en su ubicación definitiva como puerto natural. Como explica Oliva, “la villa se organizó como un caserío a partir del extremo posterior del canal de entrada al puerto […] implementándose dos maneras de urbanismo: la primera, del siglo XVI, bajo la influencia de la ideología medieval; y luego asumiendo un ideario renacentista” (Oliva, 2014, p. 134).

La forma urbana inicial fue marcada por la irregularidad de las viviendas aglutinadas alrededor de las primeras fortalezas sin un plan previo es considerado un lugar de paso no solo de hombres sino también de mercancías de América en dirección a España, para otorgarle a la habana una función particular.

Su crecimiento precario definida por las primeras construcciones se ve interrumpida por muros y a su vez bajo ataques piratas es incendiada en 1538 y 1555. En palabras de Oliva, “las primeras viviendas se erigieron de forma desorganizada. […] La trama geométrica constituyó la estructura urbana habitual en América, con excepción de la Ciudad de San Cristóbal de La Habana” (Oliva, 2014, p. 134). La ocupación del suelo era libre y un trazado espontaneo poco fiel , sin obedecer a un patrón regular ni a los principios de las Leyes de Indias que luego sí orientarían otras ciudades.

Este conjunto de características (crecimiento espontáneo, diversidad constructiva, jerarquía social y función defensiva) configuran a la vieja Habana como un tejido urbano precario, pero en proceso de consolidación.​

 

Podemos decir que fueron tres los ejes fundamentales para lograr esta consolidación 

a una ciudad Barroca:

1.El centro direccional constituido por actividades de consumo, intercambio, políticas, militares, religiosas y sociales. “se configura por la unión de calles –Mercaderes y Oficios– y plazas –de Armas, de San Francisco y Plaza Nueva–” (Transformación Urbana en Cuba, 1974, p. 10). A esto se van a sumaron nuevos centros direccionales que respondan al incremento y necesidad de la población generando nuevas zonas a la vida urbana .

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2.La trama urbana, realizada en dos ejes norte-sur y este-oeste se expande notablemente, en la zona intramuros y también en las áreas extramuros intensificándose el proceso de nuevas construcciones. A medida que se densifica la trama urbana se van a sumar nuevas zonas hacia los márgenes, generando una ciudad policéntrica que respondía a nuevas lógicas funcionales, económicas y sociales.

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3.El territorio que rodea la ciudad, separado del casco urbano por la muralla “cubiertos de bosques cuya tala permite la formación de minifundios hortícolas y la cría de ganado para abastecer de  tasajo y cuero a la flota” (Transformación Urbana en Cuba, 1974, p. 10). La  urbanización de estos espacios periféricos supuso una redefinición de la relación entre lo rural y lo urbano, integrando nuevas actividades residenciales, comerciales y productivas, lo que contribuyó a un proceso de expansión urbana continua y descentralizada.

Desde esta base, el desarrollo posterior daría paso a las estructuras urbanas barrocas del siglo XVIII.​

En cuanto a la expansión física, el crecimiento fue notable dentro del recinto amurallado. “En 1600, la ciudad se extiende en una superficie de 1/3 km² con 2000 habitantes […] en 1750, en el recinto de 1 ½ km², se nuclea en 120-130 manzanas una población de 50.000 personas, con una densidad de 330 habitantes por hectárea” (Transformación Urbana en Cuba, 1974, p. 22). Este crecimiento conllevó también una verticalización del tejido urbano, con viviendas que comenzaron a incorporar altos y entrepisos para usos comerciales y residenciales. También se consolidó una estética urbana barroca, visible en las portadas, balcones, rejas y torres. “Prima la sequedad de planos y volúmenes, atenuada por los detalles formales […] el cromatismo de las superficies repelladas y el progresivo aligeramiento de las masas pétreas, logrado con la inserción de arcadas y columnas” (Transformación Urbana en Cuba, 1974, p. 15). Estos elementos configuran una Habana barroca que no imita a otras ciudades europeas, sino que adapta los códigos estilísticos a las condiciones locales.

La influencia de las ideas ilustradas y las reformas borbónicas también se hizo sentir. “Se implementan en la isla las reformas borbónicas, las cuales se revierten en cambios significativos en la trama urbana de La Habana, nuevos espacios públicos, mayor número de construcciones civiles, militares y religiosas; aumento de población […]” (Oliva, 2014, p. 424). â€‹â€‹

LA ECONOMIA COMO TRANSICION DE VIEJA A NUEVA HABANA

La economía temprana se centró en la ganadería y el tránsito marítimo. Cámanes señala que “a falta de oro en la región, se convirtieron en la única riqueza objeto de explotación […] la agricultura y la ganadería” (Sanz Camañes, 2004, p. 270). La posición geográfica privilegiada convirtió a La Habana en punto clave para el comercio y la Carrera de Indias, consolidando su rol portuario.

Por la importancia de su función puerto-albergue almacén tubo un rápido crecimiento durante el siglo XVII y parte del siglo XVIII denominada “llave del nuevo mundo y antemural de las indias occidentales” (Transformación Urbana en Cuba, 1974, p. 9).

A nivel arquitectónico, se manifestó un cambio cualitativo. Oliva destaca que “el crecimiento económico trajo aparejada la creación de una oligarquía local. Estos grupos sociales en ascenso van a construir, o transformar lo ya hecho, para demostrar un cierto prestigio dentro de la sociedad” (Oliva, 2014, p. 424). Este prestigio se materializó en viviendas de mayor escala, con patios más amplios, fachadas ornamentadas, entrepisos y galerías abiertas a la calle.

La transformación de La Habana durante el siglo XVIII responde a una serie de cambios estructurales vinculados con el crecimiento económico, el aumento demográfico, las reformas borbónicas y la creciente importancia estratégica del puerto en el sistema imperial español, dando paso a la transformación de una ciudad colonial fragmentada y funcional a una ciudad barroca estructurada por ejes, con una creciente monumentalidad en sus edificios civiles y religiosos, un paisaje urbano dinámico y nuevas formas de habitar que reflejaban la complejidad de una sociedad en transformación

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Mapa la Habana vieja 1630                                                

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Mapa la Nueva Habana 1798

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La vieja habana ve el crecimiento interrumpido por muros fortificados y por constantes ataques piratas.

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La nueva Habana se expande notablemente, con la construcción de nuevas calles y edificios en la zona intramuros y también en las áreas extramuros.

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En la habana vieja la zona de mayor actividad fue su puerto como un lugar de transición y residencia de migrantes europeos

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La ciudad como Puerto-Albergue-almacén la nueva habana albergaba de tres a seis meses los tesoros provenientes de México y Perú. La ciudad se convirtió en un importante centro marítimo y comercial, gracias a su ubicación estratégica en el Caribe.

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